miércoles, 2 de enero de 2008

UNA NOCHE NEGRA


Sé que este es un blog dedicado a la historia escrita por Gimnasia y Tiro hace 10 años, pero me parece una falta de respeto al club no tocar la actualidad. También sé que el primer paso que se dio en el Argentino B no fue como se esperaba, pero eso no quiere decir que se va a eludir el hecho.
Estoy en Buenos Aires, por lo que me resulta difícil hacer un análisis del encuentro. Escuché el partido por internet, pero no es lo mismo… Eso se sabe.
A continuación ustedes podrán leer la crónica del encuentro realizada por Mariano Gil, periodista de El Tribuno de Salta. Un punto de vista neutral.

Central Norte tuvo una noche perfecta. Ganó, gozó y bailó a Gimnasia y Tiro en un clásico que estará en las retinas de los hinchas "cuervos" por mucho tiempo. El "albo", en cambio, dejó una triste imagen, y no se bancó que Central fuera el dueño absoluto de los noventa minutos. Porque el "cuervo" entendió muy bien que esto se trataba de un clásico, y Gimnasia lo jugó como un partido más.

Central tuvo todo, explosión, quite, firmeza, rotación y creación. La defensa no pasó nunca un sobresalto. En el medio Martín Godoy recuperó todo, Charaviglio y Cuder desbordaron toda la noche, y Alejandro Pérez fue un motorcito incansable dando una mano donde más lo necesitaba el equipo. Adelante, el "Chero" Fernández se hizo un "pic-nic" con la defensa de Gimnasia. Pelota que tocaba, era medio gol. Central era un equipo con todas las letras.

Gimnasia y Tiro fue una sombra. Un cúmulo de voluntades que corrían por correr. Sin un orden táctico. Sin un eje de juego. Y con volantes como Matana y Gawlik que estuvieron más preocupados en el rival, que en desbordar, y ser una salida para el equipo. Atrás, sólo la actuación del "Gato" Comune fue firme.


El resto no tuvo coordinación ni presencia. Se mostraron lentos e imprecisos. El "doble" cinco conformado por Pablo Rodríguez y Abel Torrico no funcionó. El "Mecha" se mostró perdido no entendiendo la función para la cual estaba. Y adelante, Luis Rueda y Carlos Duré no tenían compañía, no tenían quién los abastezca para llevar peligro hasta Mariano Maino. Gimnasia en pocas palabras, era un equipo largo, que perdía en todos los sectores.

Central Norte se adueño del juego, y a base de fútbol fue arrinconando a Gimnasia hacia Comune. Y la primera clara estuvo en los pies del "Chero" Fernández, pero el "Gato" respondió en forma sensacional. El "cuervo" en esos primeros minutos mostraba sus cartas en el clásico, le decía a Gimnasia acá estoy yo. Después de un comienzo a puro vértigo de Central, el partido cayó en un pozo, que sólo salió cuando Fernández estuvo cerca en otras dos oportunidades. ¿Gimnasia? La única que tuvo fue un cabezazo de Viano que se fue cerca, tras una mala salida de Maino.


Nada cambió en el complemento. Central Norte continuó jugando y entendiendo mejor el juego. Y tuvo su premio a los 7 minutos, cuando Martín Godoy le robó una pelota al "Mecha" Rodríguez, y habilitó en forma sensacional al "Chero", quien definió con un zurdazo al ángulo. Golazo y justicia en el Martearena.

El gol agrandó aún más a Central que, a partir de ahí, se paró de contra. Dejando que Gimnasia salga tocado en su amor propio. Y tuvo varias chances claras para liquidar el clásico. Después llegó la expulsión de Torrico, más tarde la de Rueda, ahí sí estallaron los hinchas "cuervos" que tenían el festejo contenido.


Central Norte se quedó con el primer chico porque entendió que se trataba de un clásico. Lo jugó con dientes apretados y tuvo en el banco un técnico inteligente que supo cómo plantearlo. Del otro lado, la dupla técnica "alba" nunca leyó bien el partido, tardó en los cambios, y sino se llevó una goleada del Martearena, fue por un inspirado Jorge Comune.

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